El Principito, el zorro y yo
—¿Quién eres? —dijo el principito—. Eres muy lindo...
—Soy un zorro —dijo el zorro.
—Ven a jugar conmigo —le propuso el principito—. ¡Estoy tan triste!...
—No puedo jugar contigo —dijo el zorro—. No estoy domesticado.
—¡Ah! Perdón —dijo el principito. Pero después de reflexionar agregó
—¿Qué significa domesticar?
—Es una cosa demasiada olvidada – dijo el zorro- Significa “crear lazos”.
¿Crear lazos?
-Sí - dijo el zorro-. Para mí no eres todavía más que un muchacho semejante a cien mil muchachos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tu necesitarás de mi y yo de ti. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo.....
-El zorro calló y miró largo tiempo al principito: —¡Por favor... domestícame!- dijo.
—Bien lo quisiera —respondió el principito— pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.Sólo se conocen las cosas que se domestican —dijo el zorro—. ..
-¿Qué debo hacer? -preguntó el príncipito.
-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio ún poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero conforme pasen los días, te sentarás cada vez más cerca...
Al siguiente día el Principito volvió.
-Es mejor que siempre vengs a la misma hora -dijo el zorro-. Si vienes, por ejemplo a las 4 de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las 3. Conforme avance la hora, me sentiré agitado y un poco inquieto, solo así descubriré el precio de la felicidad. Pero si vienes a cualquier hora nunca sabré como preparar a mi corazon... Tú sabes los ritos son necesarios.
Fue así que el Principioto domesticó al zorro. Mas cuando llego el día de la partida, el zorro dijo:
-Vor a ponerme a llorar.
-La culpa es tuya -dijo el Principito-. Yo no quería causarte nngún daño, pero tú quisiste que te domesticara.
-Si- dijo el zorro.
-Pero vas a llorar -dijo el Principito.
-Si-dijo el zorro.
-Pero no ganas nada.
-Si gano algo: ahora el color del trigo es más agradable.
Después agrego el zorro:
-Ve a ver las rosas una vez más. Y así comprenderas que la tuya es la única en el mundo. Regresarás para decirme adios, y como regalo te dire un secreto.
El Principito se fue a ver nuevamente las rosas.
-En efecto, no son nada parecidas a mi rosa, todavía no son nada.
Están ustedes como estaba mi zorro. Solo era un zorro común y corriente como cien mil otros. Pero ahora es mi amigo y ahora es único en el mundo....
Y volvió con el zorro.
-Adios-dijo.
-Adios-dijo el zorro-. He aqui mi secreto.
Es muy simple: no se puede ver bien, sólo con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos...
Tal vez estoy en el proceso de ser domesticada
sin pensarlo ni desearlo,
pues te espero a la misma hora
y en el mismo lugar
todos los días
y el tiempo que comparto contigo
me ha hecho realmente feliz
no me gusta esto,
por que no quiero decirte Adios.
Publicado por
mancha de lluvia


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